Juez ordena arresto contra director del penal por desacato judicial

Jesús Francisco Flores Jiménez

Carlos Quintero J.

El director operativo del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Atlacholoaya, Francisco Flores Jiménez deberá cumplir un arresto de 10 horas y pagar una multa de cien unidades de medidas y actualización por no acatar una resolución judicial.

Francisco Flores fue citado por la juez de Control, Juicio Oral y Ejecución, Nancy Aguilar Tovar para que respondiera personalmente ante los señalamientos en su contra por graves violaciones a derechos humanos de personas privadas de libertad.

Pero en lugar de confrontar las denuncias que existen en su contra, el servidor público evadió su responsabilidad al no acudir ante la autoridad judicial.

En la audiencia de ejecución, celebrada a las 17:15 horas del domingo 7 de junio del presente, la juzgadora ordenó a la Comisión Estatal de Seguridad (CES) la búsqueda y presentación Francisco Flores Jiménez para que cumpla su arresto.

Ante estas circunstancias el director operativo del penal deberá ser presentado y en caso de que la CES sea omisa, la juez apercibió al titular de la misma con una multa de 200 unidades de medidas y actualización.

De acuerdo con la información recabada, el único mérito de Francisco Flores es haber sido escolta del Coordinador de Reinserción Social, Jorge Israel Ponce de León.

Tras la destitución del entonces director operativo Raúl Colín Martínez y de Miriam Mireles Toledo, responsables del motín ocurrido el pasado mes octubre, donde seis personas fueron asesinadas; Francisco Flores fue nombrado nuevo director.

Fuentes confiables señalan a Flores Jiménez como el servidor público que recibe los sobornos y pagos por “derechos” de la venta de droga, prostitución, “brincos”, renta de celulares, aparatos electrodomésticos, protección entre otros.

El modus operandi de las autoridades penitenciarias es “concesionar” este tipo de actividades ilícitas a diversos grupos antagónicos, pasado un tiempo manipulan la situación y generan conflictos entre ellos mismos.

Aunado a lo anterior, por órdenes de Francisco Flores, algunas personas privadas de libertad que les resultan incomodas son confinadas a un área de castigo, de aproximadamente seis por seis metros, conocida como “aduanas”.

Actualmente se encuentra recluidas más de 40 personas y no cuenta con baño, ni ventanas, ni las condiciones mínimas para albergar a tantas personas por lo que ellos tienen que dormir sentados o de pie.

Es por ese motivo que el director de operativo del penal no se presentó, la tarde del domingo, ante la juez.

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